Neurosis en el nombre genérico de un grupo de enfermedades que se caracterizan por la presencia de trastornos nerviosos y alteraciones emocionales sin que, haya ninguna lesión física en el sistema nervioso, y hace referencia a un patrón de conducta repetitivo que suele producir relaciones inadaptadas con el otro, con su entorno y consigo mismo. Una cierta desesperación por no querer ser uno mismo, (y tener que serlo), o una cierta desesperación por querer ser uno mismo, (y no poder serlo). La neurosis es tanto sufrimiento involuntario como vicio consentido. Todos somos un poco neuróticos pero la cuestión importante es qué grado de control tenemos sobre la neurosis.
Si hay pensamientos que impiden controlar la neurosis, dentro de los más importantes tenemos:
Un es el pensamiento referencial por el que uno cree que el mundo gira para bien o para mal en torno a uno mismo. Se establecen pensamientos referenciales de beneficio o de perjuicio sin niguna base.
La disolución del yo, en función de una clase o grupo social. así uno mismo es parte de una realidad abstracta más grande como una ideología, un partido político o una religión.
La inmovilidad como creencia autolimitante de que cambiar es imposible y que las cosas son como son y nada las puede cambiar.
Estos tres pensamientos nos hacen ver que no tenemos responsabilidad en nuestras vidas, que dependemos de las decisiones de los demás o del azar, y que no podemos hacer nada para cambiar las cosas.
Una de las características más importantes del comportamiento neurótico, es el comportamiento estereotipado, repetitivo, inevitable y sin control. Como una especie de parálisis mental y relacional.
No puedes dirigirte cariñosamente a tu cónyuge o a tus niños aunque lo quieras hacer.
No puedes trabajar en un proyecto que te interesa.
Te pasas el día sentado en la casa pensando en tus problemas.
No haces amigos y te gustaría hacerlos.
No juegas a un deporte o no tomas parte en otras actividades agradables por una sensación desagradable que arrastras contigo.
No te atreves a presentarte a una persona que te atrae.
Evitas hablar con alguien aunque te das cuenta de que un sencillo gesto amistoso mejoraría vuestra relación.
No puedes dormir porque algo te preocupa. No puedes pensar con claridad porque estás enfadado.
Le dices algo pesado e injusto a alguien que quieres.
Te tiemblan las facciones o estás tan nervioso que no funcionas como quisieras.
Tu comportamiento evita el presente y se centra en la culpa por el pasado o el miedo por el futuro.
LAS VENTAJAS DE SER NEURÓTICO en tiempos de pandemia o crisis social.
Lejos de pretender hacer un análisis completo de las causas de la existencia y el mantenimiento de las neurosis, lo que está claro es que el neurótico, obtiene una serie de beneficios o de retribuciones a cambio del comportamiento neurótico.
La retribución neurótica es ese premio que obtenemos ante un comportamiento neurótico. cada vez que tenemos un comportamiento neurótico obtenemos un beneficio.
Las principales ventajas del comportamiento neurótico es que nos convierte en parte de un drama del que no somos responsables. Cuanto más grave es la situación y más importante es que actuemos, más neuróticos nos mostraremos.
Ante una situación frustrante, el neurótico se abandona y despliega todo ese catálogo de reacciones de defensa.
Procedimientos para provocar frustración en humanos
La mayoría de los métodos de frustración implican disminuciones u omisiones de reforzadores, demoras de recompensas, interrupción de tareas reforzantes por sí mismas o porque traen como consecuencia recompensas, realización de pruebas difíciles o irresolubles con distintos grados de presión social, exclusión social e interrupción de juegos de entretenimiento o de videos. Los reforzadores más utilizados se pueden clasificar en: primarios (alimentos, afecto), o secundarios (dinero, entretenimientos y sociales), que se presentan solos o combinados.
Para evaluar los efectos de la frustración se utilizaron medidas conductuales, fisiológicas, imágenes cerebrales e informes verbales. Además, en algunos casos se midieron características generales de los sujetos. En los primeros trabajos se intentaba replicar en humanos el efecto encontrado en otros animales. Por ello, se utilizaron medidas dependientes similares a las de dichos estudios, tales como tiempo de reacción o de latencia. Ahora se agregaron expresiones faciales, rendimiento, enojo, etc. Entre las medidas fisiológicas, se hallan la tasa cardíaca, presión arterial, respuesta galvánica de la piel, etc., que reflejan la activación emocional del individuo aún cuando para el sujeto es imperceptible. Sin embargo, estos tipos de registros fisiológicos no pueden diferenciar la tonalidad de la emoción, es decir, si se trata específicamente de frustración, enojo o alegría, ya que la activación simpática es la misma en todas ellas.
hay distintos procedimientos:
Procedimientos con refuerzos alimenticios
Procedimientos con refuerzos monetarios
Procedimientos con refuerzos sociales
Procedimientos con gamificación
La frustración es una experiencia emocional desagradable, inducida por la retirada de recompensas, y produce tristeza, decepción y rabia. También supone una desorganización de la conducta: uno no sabe a qué atenerse o reacciona de forma incontrolada.
No siempre reaccionamos enfrentándonos a la fuente o causa de las frustraciones; a veces utilizamos estrategias inconscientes destinadas a no resolver el problema, sino a evitar el displacer o protegernos contra la ansiedad y frustración.
Frente a la frustración, aparecen una serie de mecanismos de defensa característicos de cada persona. Hay personas que desarrollarán unos mecanismos y otras personas otros distintos. Una personas no emplearán mecanismos con frecuencia porque son capaces de lidiar con la realidad y otras personas serán incapaces de lidiar con partes de la realidad o con la realidad en conjunto y dejarán brotrar los mecanismos de defensa de manera continua o casi continua. A esas personas se las cataloga como personas con baja tolerancia a la frustración.
Los mecanismos de defensa clásicos son:
1) Represión: consiste en impedir que los pensamientos y sentimientos dolorosos o peligrosos que producen ansiedad entren en la conciencia. Por ejemplo, tener el deseo de herir a otra persona.
2) Negación: se trata de ignorar las realidades desagradables para no tener que enfrentarse a ellas. Por ejemplo, preocuparse excesivamente por el trabajo y así no pensar en los problemas personales.
3) Racionalización: con este mecanismo se pretende justificar las ideas o conductas propias ante el temor de que no sean aceptadas por los demás.
4) Fantasía: consiste en realizar con la imaginación aquello que uno no puede conseguir en la realidad. Por ejemplo, una persona tímida que se imagina a sí misma plantando cara a sus amigos.
5) Identificación: implica incorporar, como propias, ciertas características ajenas. Es una necesidad evolutiva de los niños que se apropian de cualidades de las personas que admiran.
6) Proyección: con ella atribuimos nuestros defectos o faltas, pensamientos o deseos inaceptables a otros.
7) Regresión: se pretende volver a una fase anterior del desarrollo ante situaciones de estrés o ansiedad..
8) Formación reactiva: consiste en adoptar o expresar sentimientos contrarios a los verdaderos. se llama a estas conductas “actos disfrazados”.
9) Desplazamiento: con este mecanismo se descargan sentimientos hostiles sobre personas u objetos que no suscitaron las emociones.
10) Compensación: se oculta el fracaso en una actividad tratando de triunfar en otra, como el caso de una persona poco atractiva que desarrolla habilidades musicales extraordinarias.
11) Sublimación: Muchos impulsos considerados por el sujeto como inaceptables (impulsos agresivos y sexuales) son desviados, hacia actividades aceptadas como “superiores” o sublimes: actividades artísticas, intelectuales o de ayuda social.
Conociendo los problemas causados por los mecanismos de defensa podremos entender mejor el uso que le damos a estos mecanismos de defensa y ser honestos con nosotros mismos. Los mecanismos de defensa nos mantienen escondidos de nosotros mismos y de los otros.
UNA MIRADA A LA HISTERIA COMO FRUTO DE ESTA GUERRA PSICOLÓGICA
1) La culpa. He aquí las razones más básicas para escoger el desperdiciar tu presente sintiéndote culpable por cosas que hiciste o dejaste de hacer en el pasado o culpabilizar a los demás:
- Si absorbes tus momentos presentes sintiéndote culpable o haciendo culpable a otros por algo que ya sucedió, no tendrás que emplear tu momento actual en actividades eficientes y provechosas. Simplemente, como muchos comportamientos autofrustrantes, la culpa es una técnica de evasión que sirve para impedir que trabajes por ti mismo y en ti mismo en el momento presente. Así trasladas tu responsabilidad por lo que eres o no eres ahora a lo que eras o dejabas de ser en el pasado.
Nos pasamos la vida culpando a Bill gates, a Soros, a Monsanto, a la Lacas, a la Justicia, al Capitalismo o a la extrema izquierda. Un ruido ensordecedor de culpas y culpabilizaciones que nos mantienen entretenidos y lejos del trabajar y ser proactivos. Esa queja infantil e histérica nos coloca desarmados ante la realidad y nos convierte en marionetas por radiocontrol.
- Al trasladar tu responsabilidad hacia otro y hacia atrás, no sólo evitas el trabajo pesado que significa cambiarte a ti mismo ahora, sino también los riesgos que acompañan dicho cambio. Es más fácil inmovilizarse con sentimientos de culpa por los sucesos del pasado que emprender la senda llena de riesgos que lleva a crecer y desarrollarse en el presente.
Es más fácil culpar a los globalistas de los crímenes de la sociedad que trabajar por un mundo más justo, crear escuelas libres, hospitales libres, residencias de ancianos seguras. Crear sistemas de producción y distribución de alimentos o bienes eficientes, supone mucho trabajo y compromiso, pero centrarse en culpabilizar a los "malos", te hace sentirte bien... pero eres inútil para cambiar las cosas.
- Existe la tendencia a creer que si te sientes lo suficientemente culpable o haces, o lo suficientemente culpable a los demás, a la larga quedarás exonerado de tu mal comportamiento. Esta retribución de perdón es la base de la mentalidad carcelaria que describimos arriba, por lo cual el preso paga sus pecados sintiéndose terriblemente mal durante un largo período de tiempo. Cuando más grande haya sido el delito, más largo será el período que se necesite para lograr el perdón.
Si eres capaz de culpabilizar al globalismo las 24 horas del día, probablemente sientas que tu inactividad o tu cobardía será comprendida y perdonada. La culpa es de los demás. A veces la culpa es también del resto de la "disidencia" que no se une a tus ideas, porque todo el mundo tiene egos... menos tú.
- La culpabilidad puede ser el medio de volver a la seguridad de la niñez; un período cómodo en el que otros tomaban las decisiones en tu nombre y se ocupaban de ti. En vez de hacerte cargo de ti mismo en el presente, confías en los valores de los otros en tu pasado. Y una vez más la retribución radica en sentirse protegido del peligro de hacerte cargo de tu propia vida.
Culpabilizar al globalismo y a la disidencia controlada te convierte en un niño bueno. Eres un incomprendido, una víctima del sistema que no puede hacer más que llorar y llorar. Pobre.
- La culpa es una manera muy útil de transferir la responsabilidad de tu comportamiento hacia los demás. Es fácil enfurecerse con los demás por la manera en que te manipulan, y trasladar el enfoque de la culpa de ti mismo hacia esas otras personas terribles que son tan poderosas que pueden hacerte sentir lo que quieran, incluso culpable.
¿están adoctrinando a tus hijos?¿han maltratado a tu madre en el hospital?¿te han multado por no ponerte mascarilla en la calle?¿te obligan a hacerte una PCR para viajar? La culpa de todo es de los demás. Tú, en definitiva, no puedes proveerte de bienestar ni a ti ni a tu familia, o quizás implica trabajar demasiado. Culpar a los demás te libera de la carga de responsabilidad de buscar mejores escuales, centros sociosanitarios, etc.
- A menudo puedes ganarte la aprobación de la gente, incluso cuando está de acuerdo con tu conducta, simplemente sintiendo culpa por ese comportamiento. Puedes haber hecho algo que transgreda las normas establecidas, pero al sentirte culpable estás demostrando que sabes muy bien cómo debes comportarte y que estás haciendo lo posible por adaptarte.
Culpar a fantasmas inalcanzables como la OMS, la EMA, Pfizer, Soros, la "ley positiva", etc. te hace quedar guai y como un valiente. Lo más importante para aparentar ser un valiente es enfretarse a los grandes enemigos de la humanidad... ¿a través de un canal de Telegram o Youtube?... ¿con una cuenta anónima?... Inventar dramas, culpas, peligros... es la forma de ser guai. Y además no tienes que trabajar mucho ni arriesgar nada.
- La culpa es una espléndida manera de ganarse la compasión de la gente. Y no importa si el deseo de compasión demuestra claramente que tienes una pobre idea de ti mismo. En este caso prefieres que los demás sientan pena por ti en vez de amarte y respetarte a ti mismo.
Puedes dedicarle días, meses o años en describir en redes sociales lo mal que te trata la vida y hacer el papel de víctima para que la gente te comprenda y te muestre su apoyo.
- Puedes reforzar la culpa identificándote con un grupo social victimizado, y así el potencial de la culpa se multiplicará. Si eres judío, como si eres de derechas, o católico, o ruso, disidente, etc. toda ofensa al grupo de referencia es una ofensa a todos, por lo que la culpa se multiplica al infinito. Se legaliza el cambio de sexo. A ti no te afecta porque nunca te vas a cambiar de sexo, pero te sientes ofendido por el culpable que ha promovido la ley...
2) La preocupación. Las retribuciones psicológicas de la preocupación:
- La preocupación es una actividad del momento presente. De este modo, si gastas tu vida actual inmovilizado por la preocupación que te inspira el futuro, puedes evitar el presente y lo que en él haya de amenaza. Mientras pudieses gastar todos tusmomentos presentes preocupándote, no tendrás que luchar con las dificultades que se presenten. Y ésta es una retribución estupenda realmente.
No podemos hacer nada. Solo nos queda preocuparnos y escribir en Telegram. Crear una escuela, es imposible; médico alternativo: imposible; Autocuidados de la salud: imposible. Todo es imposible. No hay escapatoria y por eso hay que preocuparse.
- Puedes evitar tener que correr riesgos usando tus preocupaciones como excusa para inmovilizarte. ¿Cómo vas a poder actuar si estás preocupado con tu problema del momento presente? "No puedo hacer absolutamente nada; estoy tan preocupado." Ésta es una queja muy común que te mantiene inmóvil evitando el riesgo que significa la acción. ¿Crear una opción política local? ¿seducir a un grupo de vecinos con mis ideas? No, mejor me preocupo por los problemas y culpabilizo a quienes no ofrecen soluciones.
- Puedes autodenominarte como una persona cariñosa o amante porque te preocupas por los demás. La preocupación demuestra que eres un buen padre, una buena esposa o lo que seas. Es un dividendo estupendo pero malsano y que carece de lógica.
Somos tan cariñosos que bombardeamos todos los días a la gente que queremos con preocupaciones, miedos y dramas. No pasan ni cinco minutos, ya nos llega un mensaje catastrófico que debemos reenviar a los 4500 grupos a los que pertenecemos. Nos preocupamos tanto que no comprobamos si la noticia es cierta y mucho menos si la noticia es útil. El domscrooling nos posee. Hay que viralizar miedos. Hay que viralizar mentiras también.
- Las preocupaciones son muy útiles para justificar ciertos comportamientos autofrustrantes. Si eres gordo, seguro que comes de más cuando estás preocupado, por lo que tienes una razón estupenda para aferrarte al comportamiento angustioso producido por las preocupaciones. Igualmente, verás que fumas más en situaciones difíciles y puedes usar tu angustia y tu preocupación para no dejar de fumar. Este mismo sistema de retribución neurótica es aplicable a otras zonas como el matrimonio, el dinero, la salud y cosas por el estilo. La preocupación te ayuda a evitar el cambio. Es más fácil preocuparse por los dolores que tienes en el pecho que correr el riesgo de
averiguar la verdad y consecuentemente tener que habértelas contigo mismo. La preocupación impide que trabajes en alternativas eficientes. Podrías ser muy útil trabajando por los demás, pero estás demasiado preocupado por el móvil y sus noticias patético-cómicas.
- Las preocupaciones impiden que vivas tu vida. Los angustiados se quedan quietos preocupándose por todo mientras las personas activas y positivas tienen la necesidad de moverse. La preocupación es un recurso muy hábil que sirve para mantenerte inactivo y ciertamente es mucho más fácil angustiarse aunque menos estimulante y agradable, que ser una persona activa comprometida con las cosas.
Si ya has compartido en telegram 5 noticias preocupantes o 5 noticias falsas, ya no es necesario que hagan más con tu vida.
- Las preocupaciones pueden provocar úlceras, hipertensión, calambres, dolores de cabeza, dolores de espalda y muchas dolencias por el estilo. Y aunque éstas no parecen retribuciones, obtienen como resultado mucha atención de parte de la demás gente y también mucha autocompasión. Y mucha gente prefiere ser compadecida que realizarse.
Ni la culpa ni la preocupación van a poner tu cuerpo en forma.
Lo más importante es que tanto la culpa como la preocupación son comportamientos propios sobre los que podemos tener control. Simplemente di basta y haz algo útil.
Estamos en una guerra psicológica donde se está inyectando estrés social para aumentar la neurosis y la inmovilidad neurótica. Una buena prueba de que la guerra está muy activa es que hay mucha gente divulgando culpas y preocupaciones y poca gente trabajando por crear alternativas escolares, sanitarias, bancarias, de justicia, etc. Tres años habrían bastado para construir algo, pero la guerra nos ha llevado hacia una parálisis neurótica.
¿Sabes? Hay algo que puedes hacer. Apaga la tele y el telegram y sal a la calle a jugar. Descansarás mejor, conocerás a gente estupenda (sí, hay vacunados que son estupendos), y por lo menos te habrás puesto una dosis de vacuna contra la guerra psicológica del Gobierno. está en tu mano hacer algo bueno por ti y hacer algo bueno por los demás.
NOTA ACLARATORIA: Intento no decirle a nadie como debe pensar o actuar. Tan solo pongo límites a quienes quieren imponer su punto de vista. Si hay que debatir, se debate, pero no se impone (lo digo por los chemtralistas, terraplanistas, negacionistas, antiviristas, anticapitalistas, globalistas, antiglobalistas, etc.) Te escucho y te acepto, pero no me doblego ni me dejo insultar.
Genial artículo Luis! Esperamos que cambie todo lo que no nos gusta, criticamos a unos y a otros, quejándonos del desastre de mundo que tenemos y mientras tanto perdemos el tiempo para no hacer nuestro propio cambio que es el primero que tiene que llegar para que realmente nos implíquenos en hacer realidad los verdaderos cambios a bien de nuestro entorno y como una onda expansiva vaya extendiéndose más y más.
En efecto, el ruido es tan ensordecedor en estos tres años que se ha construido muy poco. Yo, por lo menos, esperaba algo de la humanidad. Y no me quejo. Solo que no sabía profundamente lo mal que estábamos. Ya percibía mucha injusticia y crueldad, además de ignorancia y falta de escucha (verdadera), pero tenía la esperanza de hacer algo y por eso me puse a estudiar Educación Social. También he intentado actuar en coherencia con mis hijos y mi marido. Ahora siento que hay que “estudiar” mucho de la “vida que está ocurriendo” y también de la que nos cuentan, porque -ciertamente- hay mucha neurosis de la que tendremos que salir sí o sí.
Todo muy cierto, gracias por recordárnoslo. A veces, con el barullo y la rutina de la vida diaria, se olvida lo más importante: la auto observación y el trabajo interno para conocerse a sí mismo. Esta labor es la que nos va a facilitar el interactuar positivamente con los demás, y emprender acciones creativas y útiles para uno mismo y para los demás. Y en eso estoy, intentando cambiar en mi día a día, con mucha dificultad pero sin rendirme.
Muchas gracias otra vez, Luis, por este artículo tan instructivo y enriquecedor.